JAVIER PUEBLA

                     

TIEMPO DE GUERRILLA

 

Ya no hay subvenciones para rodar películas, ni siquiera para escribir guiones; el ministerio de cultura otorga cinco becas anuales de treinta mil euros, con la precisión de que dos deben de ser para los catalanes y otros dos para los canarios, es decir: que sólo queda uno para el resto de los creadores del resto del país llamado España. ¿Si Cataluña consiguiese la independencia habría tres becas en lugar de una para el resto? Las televisiones han dejado de apoyar al cine, comprar las producciones antes de que se realicen; y con las series comienza a pasar siete octavos de lo mismo. Mis no muy numerosos, pero sí muy apreciados, amigos cineastas sufren de zumbidos en el oído llamados tinnitus, depresiones más o menos leves, alcoholismo creciente, regresos a los puestos que aprobaron por oposición en uno u otro ministerio. Y todos, o casi todos, se vuelven hacia mí, que estoy acostumbrado a no recibir subvenciones, que hace más de diez años no me permito siquiera sentarme en una terraza para tomarme una cerveza para así alargar mi tiempo de libertad: de pensamiento y movimiento. Como un guerrillero, aprovecho mi pequeñez y agilidad para moverme como el diablo, estar donde nadie lo espera con la historia preparada en una tarjeta de visita o en los labios o en la memoria y contarla, imprimirla, distribuirla una a una, con humildad; y una sonrisa.

Porque la clave de la guerrilla está en la sonrisa, la haces por que quieres hacerla, no como una pieza o engranaje de un mecanismo mucho más grande, que se mueve –lo desee o no- cuando le toca; y si no se mueve es remplazada. Para mí, y lo he repetido unas cuantas veces, no existe la crisis. Tampoco para el banco de Santander o para Inditex; quizá porque son empresas dirigidas por guerrilleros. ¿Qué es difícil publicar? Claro. Y para evitarles el sufrimiento a mis alumnos-escritores a quienes llamo tripulantes, cree una editorial y la llamé Haz Milagros. El lunes quince de octubre, día de Santa Teresa, presentaré en mi club, en el Canoe, dos libros magníficos, Gui-ller-mo, firmado por Agustín Lejarreta Lobo, y El exotismo ilustrado de Ester Penas González, alias Fetiche, y –como practico la guerrilla- también uno mío, inaugurando una nueva colección de bolsillo. Es mi libro más humilde pero también el que más ejemplares ha vendido hasta la fecha: Pequeñas historias africanas; puro arte de supervivencia y guerrilla:
Te alquilo mi uniforme de poli, primo, para que te saques unos cefas poniendo multas el finde a los blanquitos.


Guerrilla, por supuesto, es manifestarse ante el congreso de los diputados, protestar contra los abusos del poder o intentar forzar el cambio en el sistema político. Pero guerrilla es también ser creativo, editar tus propios libros, venderlos en persona en las librerías o en los cafés o en la calle, hacer películas con el móvil, aguantar en tu propio centro sin venderse a la blandenguería de las comodidades. Y también guerrilla es saber crecer sin atrofiarse, como lo han hecho Ortega o Botín o Herralde o Lara, o –si me toca en el futuro- sabré hacerlo yo mismo.

Jorge Herralde, by The Monjas

 

javierpuebla-arroba-javierpuebla.com
Seis.Cinco.Nueve.Dos.Cuatro.Cuatro.Tres.Ocho.Cero.

 

 

 

 

 

 

 

 
 

 

 

 

Javier Puebla-La inutilidad de un beso. Segunda entrega de LA TRILOGIA DE EL TIGRE. Kafkiana, rara y -quizá- hasta genial.

Javier Puebla

Javier Puebla firmó la primera obra de mister Frederic Traum. Al parecer tiene amigos bastante poco recomendables

   
   
       
Carpe diem, visitante nº Que los hados guíen tus pasos