Libros para regalar , se publica en diferentes versiones, por motivos de espacio y filosofía, en La Opinión de Murcia y Cambio16, y en esta web; mes de diciembre.

LIBROS PARA REGALAR


Aunque un poco tardía esta columna era inevitable, leo y leo, recibo libros y libros, y siempre apetece recomendar algunos, los buenos, los que me han gustado y conmovido de verdad. Empiezo con el lote de diez libros, que además sólo valen diez euros cada uno, de clásicos de Alianza Bolsillo, aquellas geniales portadas de Daniel Gil, en tapa dura. El mito de Sísifo, de Camus, La señora del perrito (imprescindible), de Chejov, La isla del tesoro, El halcón maltés, Alicia en el país de las maravillas, y sobre todo la nueva traducción de Carmen Criado de El Guardián entre el centeno. De este último me siento un poco culpable, o responsable, porque llevo años afirmando, hasta en una novela, que la traducción era terrible (y lo era), se lo dije incluso a Valeria Ciompi, la Editora jefe de Alianza, y hasta en alguna conversación he llegado a decir que alguien debería matar a Carmen Criado; me alegro que nade lo haya hecho porque la nueva traducción... es otra cosa. Son libros para todos los públicos pero especialmente indicados para mi generación, la generación encantada, que los leímos con tapa blandita cuando eramos imberbes o cuasi imberbes. En novela histórica, y aunque no es lo mío (confieso) nadie se equivocará si elige para regalar La judía más hermosa, de Fernando García Calderón, publicado en Algaida.
De Anagrama se puede elegir cualquier cosa, en particular de panorama de narrativas, para los muy amantes de la lectura, pero recomiendo especialmente los que siguen: En picado, de Nick Hornby (el autor de Alta fidelidad), La invasión, de Ricardo Piglia (en bolsillo su genial Plata quemada), Picadilly Jim, de Woodhouse, Anatomía del miedo (ensayo) de Marina, Vladimir Nabokov (los años americanos), de Brian Boyd, Los tiempos hipermodernos (ensayo interesantísimo) de Lipotewky, y Pequeña isla, de Andrea Levy.
Para regalar a adolescentes la mejor opción es la colección Tus libros, de Anaya; ahora mismo, y aunque desde luego no soy adolescente (pero algo queda) me estoy leyendo El forastero misterioso, de Mark Twain, y estoy flipando en colores con el autor de Tom Sawyer, porque el protagonista de la novela, el forastero misterioso en cuestión se llama Traum, igual que el protagonista de mi novela Sonríe Delgado (también la recomiendo, aunque ya no es fácil de encontrar), y el Traum de Twain es nada más y nada menos que la encarnación de Satanás en la tierra. Es extrañísimo que hayamos elegido, el señor Twain yo, el mismo nombre para representar la quintaesencia del mal; muy extraño.
Para amantes de la poesía: Luis Alberto de Cuenca, La vida en llamas, o la antología recientemente editada por Cátedra. Seguro que en poesía habría que hablar del premio nacional de este año, pero no le he leído y cuando uno sabe que realmente nunca sabrá deja de molestarse en mentir.
Creo que con lo anterior hay más que suficiente para elegir. Regalar libros tiene algo de mágico, si se acierta. Y si no se acierta siempre queda el valor del objeto. Un libro puede hacer magia incluso sin abrirlo. Y si alguien lo duda que se lo pregunte al viejo Harry Potter.

 

 

 

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