JAVIER PUEBLA

                     

LA FACTURA DE MOVISTAR


 

La última factura de Movistar, la que se pasó al cobro el 1 de julio de 2010, es todo un poema. Un poema obra de un poeta mezquino e imbécil, desde luego. Ya en la página 1, la factura tiene seis páginas aunque la última está en blanco, el usuario de Movistar, el sufrido usuario de Movistar, se encuentra con que la cifra correspondiente al IVA es del 18% y está subrayada en amarillo. ¿Por qué está subrayado en amarillo? Puede leerse más abajo el ladino motivo del subrayado; copio literalmente: Estimado cliente, le informamos que a partir del 1 de julio entran en vigor los nuevos tipos impositivos del IVA, establecidos en la Ley de Presupuestos Generales del Estado para el año 2010. Asimismo le comunicamos que el tipo de IVA aplicable a los servicios de telecomunicaciones es el vigente en el momento que es exigible el importe de la factura (Ley IVA 37/92).
Las llamadas que hice entre el 18 de mayo y el 17 de junio van a ser gravadas -de gravamen, de no grabación- como si las hubiese hecho en el futuro. Espléndido. Sin duda legal. Pero no es ético. No es moral. Es miserable.
El poema de Movistar alcanza su punto álgido en la página 5 donde aparecen las nuevas tarifas que suponen subidas de hasta casi el 30% en horario reducido y para llamadas a otros usuarios de Movistar (me lo han explicado en el 1004; conversación grabada). Pero lo que convierte el texto en poesía es la referencia a Yoigo. ¡Es genial! Yo apenas era consciente que existía Yoigo; ahora ya lo sé. Existe y Movistar le tiene miedo, porque las llamadas a Yoigo valen 3 céntimos más que a cualquier otro operador.
Decía Baltasar Gracián que muchos no habrían sido nada sin la colaboración de sus enemigos. Subir tarifas aprovechando que es la primera factura del verano está feo. No es elegante. A mí me hace sentirme avergonzado de una compañía que aprendí a admirar de niño, como admiraba, y sigo admirando, a El Corte Inglés o el banco de Santander. Pero lo de Yoigo ya no es un tema de elegancia. Es idiotez y torpeza, darle importancia a un enemigo en el que difícilmente se habría fijado el usuario de la antigua Telefónica Pero ya sí. Ahora, gracias a Movistar, todos los ojos se volverán hacia Yoigo. Personalmente estoy muy harto de como funciona Movistar, de los mensajes estúpidos y no solicitados que me envían, de las encuestas que pretenden hacerme sin pagar por mi tiempo ni saber en que lo estoy empleando. Es el momento de abandonar un barco con demasiados capitanes que jamás se hundirían con su nave, pues ninguno se siente realmente vinculado a ella. Lo ideal sería irse a Yoigo, reírse cada vez que algún “tardo” nos llame desde Movistar. Aunque tal vez el poeta no sea un idiota, sino un genio. Un genio retorcido; alguien alentado por Yoigo para conseguir robar clientes a la competencia. Si así fuese, seguiría despreciando -por su falta de ética- al redactor de poema, pero le aplaudiría por su perfidia. En el mundo actual se condena a los santos y se premia a los ladinos. Ah, la poesía moderna. Ya oigo como Yoigo celebra la torpeza, o astucia, de su amado enemigo.

 

 

 

 

 

 

 
 

 

 

 

Javier Puebla-La inutilidad de un beso. Segunda entrega de LA TRILOGIA DE EL TIGRE. Kafkiana, rara y -quizá- hasta genial.

Javier Puebla

Javier Puebla firmó la primera obra de mister Frederic Traum. Al parecer tiene amigos bastante poco recomendables

   
   
       
Carpe diem, visitante nº Que los hados guíen tus pasos