JAVIER PUEBLA

                     

POCO ENTRE LO QUE ELEGIR


Lorenzo Silva+tricornio-Guardia-Civil. Foto by Fénix, ilustración The Monjas. Copyright.
Cuando se publique en papel esta columna, que escribo el domingo trece de noviembre, ya tendremos un nuevo presidente del gobierno. ¡Qué bonita es la democracia! El gobierno del pueblo por el pueblo, según estudiábamos en la universidad o el colegio o el instituto o donde fuese. Presumiblemente ese nuevo presidente del gobierno será Mariano Rajoy, un registrador de la propiedad en excedencia, cuyo mayor mérito -y no es pequeño en realidad- ha sido no luchar, sino aguantar. Puro taoismo, puro “sentarse frente a la puerta del enemigo para ver acabar viendo pasar su cadáver”. Según el Tao el mejor dirigente es aquel cuya acción no se percibe, como si no existiese, inferior gobernante es el amado, peor el odiado (aunque el amado y el odiado suelen ir juntos en un país pasional como el nuestro: si alguien nos ama enseguida aparecerá otro odiándonos, si alguien nos odia enseguida vendrá el buen samaritano para dejarse los higadillos en beneficio nuestro); pero, según el Tao, el peor dirigente de todos es el despreciado. Y me temo que esa es la calificación final, después de ocho años examinándose, que obtendría Zapatero, Rodríguez Zapatero, para la mayoría de los españoles, y también para los pocos que lo conozcan en los otros países europeos. Caía simpático Zapatero antes de ser presi. Tenía buena pinta el hombre, lo de las cejitas, el talante conciliador del que presumía y hacía gala, pero el traje le ha venido grande y ha acabado por perderse en las perneras de sus propios pantalones.
Y ahora nos toca, en un sistema que en teoría no es personalista, un señor que en un principio a nadie cae demasiado simpático, a nadie entusiasma ni ilusiona, pero que sin embargo ha sido capaz de demostrar que es el vaquero capaz de aguantar más tiempo sobre la silla atada al lomo de la vaca salvaje que es la política sin caerse, sin perder siquiera su sombrero de cowboy.
A lo mejor el nuevo consigue ser invisible, como reza el Tao, y todos somos, bajo su batuta, más felices y prósperos. Pero de democracia nasti de plasti. No teníamos donde elegir. Aunque así es nuestra civilizada sociedad accidental ¿he escrito accidental?, perdón, quería decir: sociedad occidental. Si vamos a comprar un libro más vale que no busquemos nada que se publicó hace cuatro años a no ser que sea un negocio (bestseller). Si compramos un ordenador nos tangan fijo con el sistema operativo, sea Mac o Windows, porque dentro de un par de años ya habrá otro más moderno en el que no correrán los programas que ya manejamos como profesionales. El mundo moderno es pura moda, como corresponde a su fantástica velocidad, todo está reglado y arreglado en función del negocio. De vez en cuando llegamos a una encrucijada y nos dejan elegir entre Mac y Pecé, entre carne y pescado, entre Rajoy y... Rajoy. Rajoy, que se ha convertido en algo parecido a Windows antes de que apareciese Steve Jobs para rescatar a los Mac. Bueno, mientras tengamos ordenador, mientras tengamos para comer, no merece la pena quejarse, Windows funciona, y probablemente Rajoy funcionará también, o “tan bien”.

 

 

 

 

 

 

 

 
 

 

 

 

Javier Puebla-La inutilidad de un beso. Segunda entrega de LA TRILOGIA DE EL TIGRE. Kafkiana, rara y -quizá- hasta genial.

Javier Puebla

Javier Puebla firmó la primera obra de mister Frederic Traum. Al parecer tiene amigos bastante poco recomendables

   
   
       
Carpe diem, visitante nº Que los hados guíen tus pasos