León Salgado, mi semi-heterónimo conocido como EL CAZADOR DE CUENTOS, atrapa esta pieza inspirada en un hecho real.

EL EDITOR QUE REVENTÓ UNA BECARIA

Pronunció sus palabras con el mismo orgullo que un correo en una película del oeste:
-He reventado tres mulas para conseguir traerle este mensaje, mi general.
-He reventado una becaria.
Ante la estupefacción de su selecto público, y convencido de lo ingenioso y afortunado de su frase dibujó un principio de sonrisa y reclinó un poco hacia atrás la cabeza antes de puntualizar que la había tenido ¡quince horas seguidas buscando posibles erratas en un libro de Faulkner!
-Acabó su trabajo la pobre,
la mula llegó al fuerte
pero me comunicó que el esfuerzo había sido excesivo para ella y dejaba la editorial. La reventé. A la becaria.
Y su sonrisa se ensanchó tantísimo al terminar de narrar su historia que un correo de los que salían en las películas del oeste habría necesitado reventar al menos cuatro mulas para recorrerla de punta a punta.


GRUPO DE RELATOS MUY BREVES CON FIGURA DE ESCRITOR EN EL CENTRO O UNA ESQUINA